Nueva York. – En un hecho histórico, Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador y figura clave del Cártel de Sinaloa, se declaró culpable este lunes en un tribunal federal de Brooklyn, dentro del proceso judicial que lo acusa de narcotráfico, lavado de dinero y uso de armas de alto poder.
Durante su declaración, el capo reconoció haber sobornado a políticos y funcionarios públicos para garantizar la protección de las operaciones del cártel. Aunque los nombres no han sido revelados oficialmente, las autoridades estadounidenses señalaron que esta información forma parte de las líneas de investigación abiertas.
Zambada, entregado a Estados Unidos en 2024, enfrenta 17 cargos federales. A pesar de la gravedad de los señalamientos, la Fiscalía estadounidense confirmó que no solicitará la pena de muerte, por lo que podría recibir cadena perpetua.
Sin acuerdo de cooperación
El abogado defensor, identificado como Pérez, aseguró que la decisión de declararse culpable no obedece a un acuerdo con el gobierno norteamericano.
“El señor se declaró culpable porque quería aceptar su responsabilidad. Esto no es acuerdo de cooperación. No está cooperando, no va a cooperar para nada”, afirmó el litigante.
Cuando se le cuestionó sobre los beneficios procesales de la declaración, el abogado aceptó que no existe ninguna ventaja, y que su cliente asume directamente las consecuencias legales.
Perfil bajo y dudas políticas
El caso de Zambada ha mantenido un perfil mediático bajo, a diferencia del juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2019. Analistas consideran que esta estrategia busca evitar la exposición pública de los presuntos vínculos entre el narcotráfico y la política.
La Fiscalía estadounidense sostiene que “El Mayo” encabezó durante más de cinco décadas una red criminal responsable del tráfico de cocaína, heroína, metanfetamina y fentanilo hacia Estados Unidos, además de blanquear cientos de millones de dólares.
Un capo intocable
Durante más de 50 años, Zambada logró evadir a las autoridades mexicanas y estadounidenses, consolidándose como el narcotraficante más longevo en libertad. Su entrega en 2024 puso fin a una era de impunidad y lo llevó frente a la justicia en Nueva York.
El caso continúa en desarrollo y se espera que las autoridades estadounidenses definan su sentencia en los próximos meses. Mientras tanto, el gobierno mexicano mantiene silencio sobre el proceso y las revelaciones de sobornos a políticos.
