En una conversación franca y profunda, el Dr. Alejandro Zermeño, actual rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), compartió su visión sobre los retos y proyecciones que enfrenta la institución educativa en los próximos años.
Al abordar el tema de la reelección, el Dr. Zermeño reconoció que este proceso puede percibirse como un trámite, pero destacó que la continuidad en el liderazgo también es resultado del trabajo realizado durante el periodo inicial.
Asimismo, señaló que la reelección es una consecuencia natural del proceso electoral y que, si bien no hay antecedentes que lo eviten, es importante que se dé de manera consciente y con base en el trabajo realizado.
En cuanto a los desafíos y proyectos para la universidad, el rector enfatizó la búsqueda constante de la excelencia académica y la popularización de la educación pública.
Reconoció que la pandemia ha demostrado la viabilidad de la educación a distancia, pero subrayó que aún existen desafíos tecnológicos y logísticos que deben superarse para ofrecer programas completamente en línea. A pesar de esto, aseguró que la universidad está trabajando en la implementación de licenciaturas 100% virtuales y en la mejora de su plataforma educativa.
El Dr. Zermeño destacó la importancia de la actualización constante de los planes y programas de estudio para garantizar la calidad educativa. Explicó que la universidad cuenta con más de cien licenciaturas y posgrados, y que el Consejo Directivo Universitario se reúne regularmente para revisar y actualizar estos programas. Además, resaltó la importancia de adaptar la oferta educativa a los avances tecnológicos y las necesidades del mercado laboral.
En cuanto al financiamiento de la educación superior, el rector señaló que es fundamental aumentar el presupuesto destinado a la universidad. Actualmente, solo se destina alrededor del 0.48% del Producto Interno Bruto (PIB) al sector, mientras que la ley establece que debería ser del 1%. Afirmó que un mayor financiamiento permitiría abrir más áreas de estudio, contratar más personal docente y mejorar la infraestructura universitaria, contribuyendo así al desarrollo social y económico del país.
Al doctor Alejandro Zermeño, se le cuestionó de la posibilidad de implementar el voto universal para elegir al próximo rector de la institución, una propuesta que ha sido recurrente en la discusión sobre la democratización de los procesos electorales internos.
Ante la pregunta sobre la viabilidad de este proyecto, el Dr. Zermeño expresó su escepticismo y enumeró varias razones por las cuales considera que no sería factible en el contexto universitario actual. Señaló que el voto universal podría politizar el proceso electoral, ya que aumentaría la influencia de grupos económicos o políticos en la decisión final.
El rector ejemplificó su argumento haciendo referencia a una universidad en un estado que prefirió no nombrar, mencionó que la comunidad universitaria, compuesta por estudiantes, maestros y personal administrativo, tendría la oportunidad de votar, lo que podría llevar a una mayor manipulación del proceso electoral.
Zermeño enfatizó que la universidad debe ser una institución permanente y que la elección de sus autoridades debe ser tomada por personas que comprendan la trascendencia de sus decisiones a largo plazo. Argumentó que el voto diferenciado, donde distintos sectores de la comunidad universitaria tienen peso variable en la elección, es una práctica que ha demostrado ser efectiva para garantizar la continuidad y estabilidad institucional.
Si bien reconoció que existen opiniones en favor del voto universal, el rector reiteró su postura a favor del sistema actual de elección de autoridades universitarias, basado en la selección de candidatos por parte de un grupo de notables universitarios que evalúan la trayectoria y el compromiso con la institución de los aspirantes, como se hace en la Universidad Nacional Autónoma de México.
¿Qué vamos a hacer con la Universidad? ¿Qué va a hacer con esta universidad?
Bueno, yo, lo que deben de esperar, si es que soy electo, es que vamos a seguir luchando por una calidad educativa, primero, por incrementar, abrir más las puertas a los jóvenes dentro de nuestra capacidad, sin perder calidad, o sea la cantidad y la calidad no pueden ir de la mano, pero tenemos que incrementar el número de estudiantes admitidos, mientras podamos seguir conservando la calidad de los programas educativos, en eso me comprometo.
También a seguir luchando por algo que para mí ha sido muy importante, que es conservar la autonomía, la autonomía es una palabra bien cortita y que todo mundo la decimos, pero tiene un gran peso, un gran valor y no se lo hemos sabido apreciar, la autonomía, no nada más es hacer lo que se te pegue la gana.
La autonomía es una gran responsabilidad que tenemos, además de tener libertad de cátedra, libertad de examen, libertad de hacer nuestros programas académicos y ampliar o quitar oferta educativa, la autonomía, que habla de un margen muy estrecho de hacer las cosas bien, pensando en un bien social, eso es la autonomía, no es el beneficio de unos cuantos, sino en buscar fuera de las injerencias partidistas, no políticas, porque la política existe en todo ser humano, de las injerencias partidistas, librar la universidad de esos grupos, de poder táctico partidista, sino que tenemos que luchar por estar ajenos a ellos y llevar la universidad hacia dónde el derrotero de la historia nos va encomendando, qué es a buscar que los jóvenes de hoy, sean los hombres de bien de mañana, pero ese mañana será permanentemente.
Buscar que nuestras acciones no repercutan el año que entra o en dos años, que dentro de 100 años nuestros ancestros digan, qué bueno que se trabajó en la universidad, así como hoy le agradecemos a un Don Rafael Nieto haber hecho hace 101 años la autonomía.