El gobierno de Estados Unidos ordenó la suspensión inmediata de entrevistas para la emisión de visas F, M y J, utilizadas por estudiantes internacionales. Esta decisión afecta a miles de jóvenes que buscaban ingresar al país por motivos académicos y forma parte de una nueva ofensiva para aumentar el escrutinio sobre sus redes sociales, impulsada por el senador Marco Rubio, conocido por su postura crítica hacia el activismo pro-palestino en los campus universitarios.
La política busca ampliar la vigilancia en plataformas como Instagram, X (antes Twitter) y TikTok, con el objetivo de identificar mensajes considerados una amenaza a la seguridad nacional. Esto incluye expresiones de simpatía hacia Palestina, publicaciones críticas a Israel o participación en manifestaciones estudiantiles. Desde marzo, funcionarios consulares ya habían comenzado a aplicar filtros más estrictos a perfiles previamente marcados por su activismo en redes.
Esta estrategia se produce en un contexto de creciente presión sobre instituciones académicas. Recientemente, el gobierno estadounidense intentó condicionar fondos federales a universidades como Harvard, por su presunta permisividad ante protestas propalestinas. El caso de la estudiante turca Rümeysa Öztürk, arrestada por mensajes en favor de Gaza, se ha citado como ejemplo de la nueva línea dura del Departamento de Estado y del ala conservadora del Congreso.
Expertos del sector educativo y asociaciones como la National Association of Foreign Student Advisers (NAFSA) han advertido que esta política podría impactar negativamente en la economía estadounidense. Cada año, más de un millón de estudiantes internacionales contribuyen con más de 43 mil millones de dólares, además de enriquecer la vida académica y cultural de cientos de instituciones. Universidades han expresado su preocupación por la incertidumbre que esto genera para el ciclo escolar 2024-2025.
