El gobierno de Estados Unidos ha desplegado 1,115 militares adicionales en la frontera con México, elevando a cerca de 10,000 el número total de efectivos en la región. Esta medida forma parte de una estrategia más amplia para reforzar la seguridad fronteriza y controlar los flujos migratorios.
El Comando Norte de Estados Unidos informó que las nuevas tropas provienen de diversas unidades del Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y la Infantería de Marina. Sus funciones incluyen logística, ingeniería, apoyo médico y operaciones de vigilancia. Además, se ha desplegado el destructor USS Stockdale, equipado con avanzados sistemas de vigilancia y comunicación, para apoyar las operaciones marítimas en la región.
Paralelamente, el Departamento de Defensa ha designado nuevas zonas de defensa nacional en áreas fronterizas de Nuevo México y Texas. Estas zonas permiten a las fuerzas militares detener temporalmente a personas que ingresen sin autorización hasta que sean entregadas a las autoridades civiles. Desde la implementación de estas áreas, cientos de migrantes han sido procesados por ingresar a zonas militares restringidas.
Estas acciones se enmarcan en una política más amplia de seguridad fronteriza que incluye la construcción de nuevas secciones del muro fronterizo y el aumento de la presencia militar en la región. Las autoridades estadounidenses han señalado que estas medidas buscan disuadir el ingreso ilegal y combatir actividades delictivas en la frontera.