Está en todo su apogeo la guerra sucia de cara a las campañas políticas para la renovación del ayuntamiento sanmariense, así se han sacado desde denuncias presentadas en contra de los dos principales actores, quienes han hecho precampaña de una forma por demás ostentosa, pese a la prohibición que el CEEPAC ha impuesto a todas y cada una de las personas que han expresado de una forma u otra, de manera pública, incluso con sus acciones, de aspirar a un cargo de elección popular. Eso no ha sido impedimento para llevar a efecto actos de proselitismo, sin que la mencionada autoridad electoral haya hecho siquiera algún pronunciamiento, para reconvenir a los aspirantes a esperar los tiempos previamente establecidos para los actos de campaña. El hecho de salir, como en el caso de Humberto Reyna, a llevar material para construcción a algunas localidades y repartir dulces a niñas y niños, con motivo de las fiestas decembrinas, cuando nunca antes lo había hecho, entregar material de construcción o despensas, a nombre del municipio, sin ser funcionario, lo cual constituye hasta un caso de nepotismo, aunque realmente no sería nepotismo, porque no trabaja en la actual administración municipal. Es lo malo cuando se tiene una versión torcida de lo que es permisible y lo no permisible.
Por lo que respecta al caso del regidor Emmanuel, es muy delicado, ahí no se trata de una jugarreta política, se trata de una denuncia legal, formal, presentada por una menor de edad, quien, por ministerio de ley, estuvo acompañada de su señora madre, para denunciar posible caso de acoso sexual, la menor dijo haber sido acosada por el regidor cuando fue, en compañía de su mamá, a presidencia para solicitar una obra de rehabilitación de una calle en la colonia donde viven. Según la denuncia, habría tratado de besar a la menor, quien lo rechazó y le había dicho que nada dijera y le iba a regalar un celular y mil pesos en efectivo. Total, según la afectada, continuó con el acoso, para ser aceptados sus galanteos ofreció la realización de la obra de rehabilitación de la calle y hasta conseguirle un trabajo en presidencia, como su asistente, en su oficina. Tras haber sido presentada la denuncia, el regidor canceló la obra de rehabilitación de la mencionada calle, se tomó como una probable represalia por la denuncia presentada, en su oportunidad, por las quejosas. A veces acciones viscerales acaban con una carrera política, más aún cuando salen a la luz pública cuando apenas van a iniciar las campañas. La guerra sucia es bastante desgastante. También fue sacado a relucir el antecedente existente en el pasado de Humberto Reyna Rosas, cuando fue acusado del probable delito de violencia intrafamiliar, aunque el caso fue mantenido bajo reserva, sin ser dado a conocer a la opinión pública, como ahora lo indica el Nuevo Sistema de Justicia Penal, sin embargo, existen medios legales a través de los cales se puede acceder a los datos y más aún cuando existen enconos políticos y se puede acuñar que; “En el amor y la política, todo se vale”. ¡Que si no!.