El ex candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Francisco Labastida, señaló que el tricolor necesita deslindarse de actos de corrupción cometidos por actores políticos como el ex director de PEMEX, Emilio Lozoya, con el fin de recuperar credibilidad ante los ciudadanos.
En un conversatorio virtual organizado por la corriente priísta Movimiento Líder, el también ex secretario de Gobernación y de Energía, consideró que el caso Lozoya no es la prioridad, en medio de la crisis de salud, economía e inseguridad que vive el país.
“Y recuperar credibilidad más en este contexto, implica que nos deslindemos de los hechos de corrupción, no irnos con los distractores de los problemas. Hoy un distractor de los problemas es, por ejemplo, los actos de corrupción que realizó el exdirector de PEMEX. Que los realizó, todo parece indicar que sí. Que lo tienen que castigar debidamente, por supuesto que sí, pero ese no es el problema fundamental del país. Los problemas fundamentales del país son el gran crecimiento de la pobreza”, del desempleo, la inseguridad y la contingencia sanitaria por coronavirus, apuntó.
También consideró que el tricolor debe hacer un “mea culpa” y reconocer errores cometidos cuando ocupó el Gobierno Federal, como la baja recaudación originada en parte por las condonaciones a grandes empresas, y por no haber sabido utilizar de manera adecuada, con fines productivos, los ingresos petroleros.
“Ganar primero credibilidad y eso implica hacer los reconocimientos que haya que hacer de lo que ha estado mal, y pelear por lo que es conveniente y necesario para el país y para los mexicanos. Y esto implica, más que andar criticando, que obviamente hay cosas que criticar, es decirle a la gente, vamos a luchar y vamos a pelear por ti”, señaló.
“¿Cómo es posible que un país que tiene altas tasas tributarias, 15 por ciento, 16 por ciento del IVA, no parejo, no aplicado a todos, tenga tan baja recaudación? Yo creo que la explicación está mucho en la evasión, en la condonación injusta e irracional de impuestos particularmente a las grandes empresas, que se ha realizado. Y ahí tenemos que hacer un mea culpa, ¿quiénes fueron los que lo hicieron?, los dos gobiernos anteriores del PAN, sí, pero también lo hicieron los gobiernos anteriores del PRI”, admitió.
Expresó que la incertidumbre es el signo de los tiempos actuales, en México hay “pocas buenas noticias”, entre otras, el combate a corrupción, el aumento al salario y la reforma en pensiones anunciada por el Presidente de la República.
Criticó el impulso del Ejecutivo Federal a proyectos que no son prioridad y “no tienen caso”, frente a la severa crisis de salud por COVID-19, como el Tren Maya.
Labastida Ochoa hizo énfasis en los efectos negativos de la pandemia, como la caída del crecimiento económica estimada entre 10 y 12 por ciento, y las previsiones de analistas, respecto a que la recuperación económica tardará seis o hasta 10 años.
En ese “contexto “tan negro” y difícil para los mexicanos, mantener la democracia es vital, pero actualmente, alertó, no hay contrapesos sino una evidente concentración del poder público. Para contrarrestar esa situación, dijo, es necesario que en 2021 la oposición, la cual está desarticulada, logre ganar la mayoría en la Cámara de Diputados.
Ese cambio será posible, consideró, si se reconocen los errores cometidos en administraciones pasadas y se presenta ante la ciudadanía un discurso “de fondo” que atiendan las principales preocupaciones en materia de aumento en la pobreza y el desempleo, la crisis de salud, el incremento en la inseguridad y delincuencia, así como el necesario respeto a las libertades ciudadanas.
Mas que criticar y atacar a la presente administración, acotó, el PRI debería ir por los temas que a la gente interesan y no esperar que llegue el 2021.
El tricolor tampoco puede ofrecer el “regreso al capitalismo ni soluciones populistas” sino un modelo de desarrollo que atienda las necesidades de la población, remarcó. Expresó que en materia económica, aunque no es popular, se debe impulsar una reforma fiscal que le permita recaudar lo necesario.
En calidad de ex secretario de Energía, reconoció que el petróleo “le hizo daño” a México, porque afectó “la escala de valores” de los gobernantes, no se supo manejar los ingresos, que lejos de irse a inversión productiva, se derrocharon en gasto corriente y de manera desproporcionada.
También se pronunció a favor de que PEMEX, que si bien no ayudará al país a salir de la crisis, pero servirá para “no hundirse”, debe ajustar su manejo. Hay que dejar de trabajar en pozos que no son rentables e impulsar la refinación, porque los precios del crudo, sentenció, se mantendrán bajos durante los siguientes años.