Con policías e inspectores, la directora de Comercio Bety Benavente crea conflictos y disputas en el primer cuadro de la ciudad
Abusando de la fuerza pública y dando funciones que no les corresponden a los inspectores, la titular de la Dirección de Comercio del Ayuntamiento de San Luis Potosí, Bety Benavente Rodríguez, hostiga y amenaza a los comerciantes que intentan ganarse la vida en el Centro Histórico y aprovechar la temporada navideña para ganar un poco de dinero dados los tiempos complicados que se han registrado en los últimos meses a raíz de la pandemia de covid-19.
Diversas denuncias por parte de los mismos afectados confirman el proceder indebido de la funcionaria, así como la prepotencia y desdén con que tratan al gremio del comercio pues, lejos de ayudarlos y buscar un orden que favorezca al Ayuntamiento, a los ambulantes y la población en general, ha recurrido a amenazas, agresiones e intimidaciones, en algunos casos sin justificación alguna.
Los afectados explican que, desde hace varias semanas, la propia Dirección de Comercio concedió los permisos para que los ambulantes se pudieran instalar durante toda la temporada navideña, sin embargo, cuando comenzaron las instalaciones, se dieron cuenta de que varios permisos se entregaron repetidos, situación que llegó a generar conflictos entre los involucrados pues todos contaban con el documento que, incluso, estaba firmado por Bety Benavente y que les concedía el derecho de trabajar en puntos específicos del primer cuadro de la ciudad.
Las inconsistencias por parte de la Dirección de Comercio han sido tales que, en varias ocasiones, han provocado momentos de tensión y conatos de violencia entre los comerciantes e inspectores, así como agentes de la Dirección General de Seguridad Pública quienes, con lujo de violencia, llegan y destruyen la mercancía y las estructuras de los ambulantes a pesar de que esta es su principal fuente de ingresos.
Ante esta situación, demandan la intervención del alcalde Enrique Galindo pues, insisten, lo que está ocurriendo es un atropello a sus derechos y, al final, si existen problemas, es por el excedido número de permisos que concedió la propia Dirección de Comercio Municipal.
