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La Morena

El éxito no está en vencer siempre, sino en nunca rendirse. Cyril Connolly

San Luis Capital

De repente se dio el madruguete, en un escueto comunicado que retomó el gobernador del estado Ricardo Gallardo Cardona, el comité ejecutivo nacional del Partido Verde informó que la candidata Sonia Mendoza Díaz sería la abanderada por San Luis Potosí. No queda muy claro si el mecanismo fue la encuesta, o si fue designación o un volado, pero no importa, el gobernador publicó en sus redes sociales el comunicado dando su aval al mismo. La noticia cayó como bomba en una gran parte del movimiento gallardista que temen ser desplazados por el arribo de la ex panista a la alcaldía de la capital. Incluso se sabe que la principal molestia proviene del padre del gobernador Ricardo Gallardo Juárez quien abiertamente hizo campaña en el proceso interno del partido verde en favor de Gilberto Hernández Villafuerte. No es extraño que padre e hijo tengan sus abiertas diferencias, pero de ahí a que se pueda dar un rompimiento es muy difícil. Son muchos los intereses que dependen de la estabilidad emocional de la familia.

Aun así, en esta lucha de clanes se rompieron algunas medias, tanto Villafuerte como Mendoza hicieron una breve pero intensa campaña que enfrentó a sus seguidores en los chats y las redes sociales. Se ubicó al secretario de gobierno José Guadalupe Torres (el de la sonrisa Colgate) como el principal promotor de Sonia Mendoza, como si no supiéramos que el secretario de gobierno no mueve un dedo sin que se lo indique su jefe. La razón del éxito del secretario de gobierno es que sabe hacer cumplir al dedillo los mandatos del gobernador, es como tener un mayordomo con esteroides, testigos que han estado cerca del personaje afirman que prácticamente lee la mente del jefe del ejecutivo y tiene la capacidad de anticiparse y prever cualquier eventualidad. Eso tampoco es agradable porque, o Guadalupe Torres se está volviendo imprescindible o el gobernador muy predecible. En cualquiera de los casos no veremos las consecuencias de dichas circunstancias hasta dentro de por lo menos un año.

Antes de esta designación del Partido Verde el comité ejecutivo nacional de Morena (con quién el partido verde conforma una coalición en San a Luis Potosí) emitió un acuerdo donde la designación de sus candidatos será hasta el 14 de marzo, un día antes del fin del registro de candidatos. Es una marrullería típica de los partidos para evitar que los chapulines hagan su salto en caso de no ser seleccionados. Por chapulines entiéndase a los aspirantes que suelen tener presencia independientemente de las siglas que los proponen y por ende pueden operar como comodín en alguna otra coalición o partido político complicando así la estrategia electoral de los partidos llamados grandes como Morena. En el caso del estado de San Luis Potosí se sabe de muchos municipios donde el partido que propone no cuenta con el mejor candidato y los resultados de querer forzar vía el famoso “siglado” a los demás aspirantes a jalar por migajas no está funcionando. Por el contrario, se unen y se van en contra “nomás” por rencor.

También tiene que ver la soberbia de los partidos o aspirantes que ganan en la mesa de negociación el “siglado” y que no hay una operación política posterior al anuncio del mentado acuerdo de coalición. Así que en esta extraña forma de hacer política Morena prefiere mantener en la incertidumbre a los aspirantes de todo el país que aún esperan un mecanismo de elección que no sean las encuestas fantasmas, que, en teoría, está practicando la comisión nacional de elecciones de Morena. Vamos, nadie en Morena cree que siquiera la encuesta que arrojó el resultado del candidato presidencial se haya practicado correctamente, en el partido priva la voluntad y los encargos del presidente, más los caprichos de un Mario Delgado cada vez más abierto a ofertas y muy especializado en eso de la ingeniería electoral. Hasta donde se sabe en San Luis Potosí había registrados por Morena varios aspirantes, Leonel Serrato, Antonio Lorca y algunos estoicos aspirantes que provienen de la vieja izquierda como Juan Carlos Rodríguez alias “Juan Ka” y Agustín de la Rosa. Por el partido verde Sonia Mendoza y Gilberto Hernández Villafuerte participaron en un proceso que ahora se entiende fue de orden interno. Yo no sé pá qué tanto brinco estando el suelo tan parejo.

El cierre de campaña de Gilberto Hernández fue apoteósico, en las instalaciones de la feria nacional potosina se hizo el acarreo, se logró identificar que la mayoría de los asistentes provenían del municipio Soledad de Graciano Sánchez, precisamente de donde el ahora aspirante a la candidatura fue alcalde un par de ocasiones antes de ser diputado federal por el VI distrito. La salud de Hernández Villafuerte un poco mermada por la diabetes que padece fue comentario toda la precampaña interna y es parte de los diagnósticos políticos que los que toman las decisiones usan a la hora de decidir sobre el destino de los demás. A partir del anuncio no ha habido reacciones en Morena, solo Leonel Serrato al cual nadie la ha avisado que está “desinvitado” de cualquier proceso interno desde el día que se puso a ladrar contra el gobernador que lo hizo candidato hace tres años y también le dio chamba como secretario de comunicaciones y transportes. Sin duda la congruencia no es precisamente una de las virtudes de Leonel Serrato Sánchez.

Lo que es claro es que la decisión tan abrupta del comité ejecutivo nacional del partido verde causó tal escozor y molestia en el ala radical gallardista que amenazan con abandonar al gobernador en su aventura. Enojo que con el tiempo tendría que diluirse pues la mayoría de los operadores políticos de la gallardía son más que simpatizantes, empleados de una estructura de activismo cuyo fuente de financiamiento proviene de un solo lugar. O sea, esos operadores, existen, porque existe la gallardía, no tienen voluntad, solo deben obedecer. El día que los activistas del partido verde sientan el deseo de manifestar su desacuerdo con una decisión política de sus jefes, bien podrían irse buscando otro partido donde participar y un empleo que les permita financiar sus propias aventuras. No sucederá así, porque ya saben lo que le pasa a los traidores, luego los hacen perro del mal en la colonia y hasta en el negocio o el trabajo. Son un grupo de ciudadanos entusiastas y fanáticos del gobernador, pero a veces se comportan como si fueran una familia siciliana.

En Morena, con su pachorra que incita a mandarlos al diablo, si no fueran el partido del presidente más popular en la historia reciente de México, creo que ya muchos aliados coyunturales los habrían “enviado por un tubo” como se dice coloquialmente. El gobernador ha sido muy hábil para negociar, pero también debe comenzar a tomar decisiones rentables en lugar de caprichos. La orden de Claudia Sheinbaum es que deben ganarse las capitales y máxime donde hay aliados poderosos, el gobernador está en una encrucijada, si le dan la nominación debe estar seguro del resultado y de la lealtad del personaje. Sea pues Sonia Mendoza Díaz, demasiado Morena para ganar en 2012, demasiado afortunada para perder ahora, su carrera meteórica la llevó de una sindicatura en Matehuala al senado de la República, pasando por la diputación local y federal y hasta casi ganar la gubernatura. Quizás ahora la moneda caiga de canto.

@gandhiantipatro

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