Un total de 20 inmigrantes fallecieron bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) durante el año fiscal 2025, cifra que se convierte en la segunda más alta en la última década y que ha desatado críticas por las condiciones precarias en los centros de detención.
Los casos más recientes fueron los de Miguel Ángel García-Hernández, mexicano de 32 años, y Norlan Guzmán Fuentes, salvadoreño de 37, quienes perdieron la vida tras el tiroteo del 24 de septiembre en las instalaciones del ICE en Dallas, Texas. García-Hernández falleció días después debido a las heridas, mientras que Guzmán murió esposado el mismo día del ataque. Otro migrante venezolano continúa en estado crítico.
Del total de fallecidos, seis eran originarios de México, entre ellos Ismael Ayala Uribe, de 39 años, cuyo caso ha generado indignación por presuntas negligencias médicas en el centro de detención de Adelanto, California. Familiares y abogados denunciaron que el potosino, beneficiario de DACA, fue encontrado muerto tras ser internado con un absceso sin recibir atención adecuada.
Defensores de derechos humanos y legisladores estadounidenses han expresado alarma por el incremento de muertes desde el regreso de Donald Trump al poder. Los senadores demócratas Raphael Warnock y Jon Ossoff exigieron a la titular del Departamento de Seguridad Nacional, Kristi Noem, y al director de ICE, Todd Lyons, un informe sobre las medidas para evitar más decesos.
La cifra de 2025 supera los 12 fallecimientos registrados en 2024 y se acerca al récord de 21 muertes ocurridas en 2020, en plena pandemia. Entre las víctimas de este año también se cuentan migrantes originarios de Honduras, Vietnam, Haití, India, Guyana, Etiopía, Ucrania, Colombia, Canadá, China y Cuba, destacando el caso de Isidro Pérez, cubano de 75 años detenido en Florida, cuya muerte provocó protestas por haber pasado casi seis décadas en Estados Unidos.
La situación ha reavivado la discusión sobre las políticas migratorias y las condiciones en que son retenidos miles de extranjeros en los centros administrados por el ICE.
