Por: El Jofrito
Entre aciertos y tropiezos
Fue un detalle bueno —y justo es reconocerlo— el haber dado en comodato las dos camionetas destinadas al traslado de las y los estudiantes de las secundarias de Tierra Nueva. Negarlo sería algo que no nos haría sentir cómodos, porque cuando algo se hace bien, hay que decirlo con todas sus letras. En un municipio donde no siempre se ve reflejado el gasto público en beneficios tangibles para la gente, la entrega de estos vehículos representa una acción útil, concreta, que impacta directamente en las familias y, sobre todo, en los jóvenes que muchas veces batallan para llegar a clases. Pero, así como se reconoce lo que se hace bien, también hay que señalar lo que está mal. Y en este caso, lo que está mal —muy mal, por cierto— son los trabajos de rehabilitación del bulevar del Río Jofre. La neta, no duró ni la víspera. Bastaron las recientes lluvias para que volvieran a aparecer los enormes baches que ya se habían convertido en parte del paisaje urbano. Se supone que la obra representó una inversión considerable —“varios cientos de miles de pesos”, como diría cualquiera de nuestros vecinos—, pero a simple vista quedó claro que la calidad no acompañó al presupuesto. Sería bueno que la empresa que se aventó el jale saliera a dar la cara, o que al menos el Ayuntamiento informara si existen garantías de obra que obliguen a la contratista a reparar los daños. Porque una rehabilitación que se desmorona con la primera lluvia no es rehabilitación, es simulación. Y si hay dinero público de por medio, lo mínimo que se espera es que se rinda cuentas.
En otro tema, ya se tuvo la primera reunión de coordinación rumbo al Serial Trail Mágico, que se llevará a cabo en la segunda quincena de este mes. Se espera que el evento cumpla con las expectativas, tanto en participación como en derrama económica. Tierra Nueva tiene el potencial para proyectarse como un destino deportivo y turístico, siempre que se planifique bien, se organice con tiempo y se aproveche el impulso de quienes realmente aman correr y recorrer los paisajes del municipio. Si las cosas se hacen con orden, el Trail podría convertirse en un atractivo anual que deje beneficios duraderos, más allá de un fin de semana de fotografías y discursos.
Ahora bien, si hablamos de discursos, vale la pena detenerse un momento en los informes de primer año de gobierno que se llevaron a cabo en la región centro. Entre ellos, el de Tierra Nueva destacó por ser, sin lugar a duda, el más sencillo. Sin grandes montajes, sin oropeles, sin la tradicional pasarela de invitados. Y eso, en estos tiempos, no deja de ser un mérito. Porque hay que reconocer que, en un contexto donde muchos servidores públicos confunden rendir cuentas con hacer fiestas, aquí al menos se cuidaron los recursos. Al final del evento —sin reflectores innecesarios ni gasto desmedido—, se entregaron las camionetas en comodato para el traslado de estudiantes, un acto que ninguna otra administración de esta zona había hecho antes. Contrastó, por mucho, con lo ocurrido en municipios vecinos como Santa María del Río, donde el informe pareció más bien una fiesta de XV años o una ceremonia de graduación: en un espacio cerrado, con mucha parafernalia, discursos adornados y un gasto que nadie se atreve a calcular. Y ni hablar del informe de Zaragoza, donde el derroche se hizo visible incluso en los detalles florales. Se echó la casa por la ventana, literalmente. Claro, a costillas del pueblo, porque no hay que olvidar que todo eso —las flores, los arreglos, el sonido, la escenografía y hasta los aplausos— se paga con los impuestos de la gente. Por eso, más allá de colores o simpatías políticas, conviene insistir en lo esencial: gobernar no es adornar, ni pavimentar por encimita, ni organizar informes como si fueran banquetes. Gobernar es administrar con sensatez, rendir cuentas con claridad y hacer que cada peso invertido se traduzca en bienestar real. Por hoy es todo, nos leemos la semana próxima.













