El expresidente Ernesto Zedillo lanzó una severa crítica al rumbo político de México, señalando que el país ha dejado de ser una democracia funcional y está transitando hacia un sistema autocrático. Durante su participación en el Seminario de Perspectivas Económicas 2025 del ITAM, Zedillo expresó preocupación por la eliminación de instituciones autónomas, la concentración del poder y la imposición de reformas judiciales que, según él, minan las bases democráticas del país.
El exmandatario, quien gobernó entre 1994 y 2000, afirmó que México enfrenta una grave crisis institucional tras la desaparición de órganos clave como el Instituto Nacional de Transparencia (INAI) y la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), así como por la reforma judicial que establece la elección de jueces y magistrados mediante voto popular. Estas medidas, impulsadas por la presidenta Claudia Sheinbaum, fueron calificadas por Zedillo como un golpe a la democracia.
“En unos cuantos meses México parece, sin duda, ha perdido la categoría de ser un país democrático (…) Los ciudadanos fuimos a votar para escoger a nuestros nuevos representantes en un país democrático, no se fue a las urnas para decidir que la democracia mexicana tenía que ser destruida”, declaró Zedillo.
Además, acusó que el verdadero poder en México no lo ejerce la Presidencia formalmente, sino un “caudillo oculto” en Palacio Nacional, en clara referencia a Andrés Manuel López Obrador. Según Zedillo, este caudillo continúa manejando los hilos del poder y consolidando un sistema autoritario. “”No necesitamos un
País que sea una autocracia del partido hegemónico, donde el poder real e inmenso lo ejerza un caudillo instalado, oculto, en la oficina anexa a la Presidencia de la República. Queremos una Presidenta de verdad”, subrayó.
Zedillo también alertó sobre los riesgos internacionales que enfrenta el país debido a su debilitamiento institucional. Afirmó que México está mal preparado para afrontar las transformaciones en el escenario global, lo que podría derivar en una crisis nacional de gran magnitud.
Por su parte, Claudia Sheinbaum ha defendido las reformas, asegurando que representan un avance hacia un modelo más participativo y justo. Según la presidenta, la elección popular de jueces fortalecerá la transparencia y la rendición de cuentas. Sin embargo, Zedillo rechazó esta visión, calificando las reformas como un mecanismo para consolidar el control absoluto del partido oficialista.
En su intervención, Zedillo insistió en que el deterioro democrático no debe normalizarse. “Es muy desafortunado y aumenta la probabilidad, por mucho, de que esa tormenta internacional se convierta en una verdadera tragedia para nuestro País, concluyó.