Este sábado, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, realizó su segunda visita oficial a San Luis Potosí desde que asumió el cargo en octubre de 2024. El motivo fue el lanzamiento del programa “Salud Casa por Casa”, una iniciativa que busca ofrecer atención médica domiciliaria a sectores vulnerables. Sin embargo, más allá de los anuncios, la visita dejó una sensación de déjà vu entre los potosinos: promesas grandilocuentes sin resultados tangibles.
Durante su intervención, Sheinbaum calificó el programa como “el más visionario del mundo”, destacando su enfoque preventivo y la participación de servidores de la nación en visitas mensuales a los hogares. No obstante, la falta de detalles sobre la implementación efectiva, recursos asignados y mecanismos de seguimiento genera escepticismo sobre su viabilidad real.
Esta no es la primera vez que la presidenta promete grandes proyectos para San Luis Potosí. En noviembre de 2024, anunció la construcción del Tren Querétaro-San Luis Potosí, con inicio previsto para 2026 y finalización entre 2028 y 2029. Sin embargo, hasta la fecha, no se han observado avances significativos en estudios de derecho de vía ni en obras preliminares.
Además, Sheinbaum ha hablado de la modernización de la carretera Tampico-Valles, una obra prioritaria para la región. A pesar de las declaraciones, los habitantes continúan enfrentando problemas de infraestructura vial sin mejoras sustanciales.
Otro ejemplo es la anunciada construcción de la presa Las Escobas, destinada a mejorar el abastecimiento de agua en la zona metropolitana. Aunque se ha mencionado que la licitación podría publicarse en junio, existen retrasos en la entrega de la ingeniería básica y en la liberación del derecho de vía, lo que pone en duda el inicio oportuno de la obra.
La falta de seguimiento a estas promesas ha generado desconfianza entre la población potosina, que espera acciones concretas en lugar de discursos reiterativos. La visita de la presidenta, en lugar de fortalecer la relación con el estado, ha profundizado el sentimiento de abandono y escepticismo hacia el gobierno federal.
Es imperativo que las autoridades federales pasen de las palabras a los hechos, cumpliendo con los compromisos adquiridos y demostrando con acciones su interés en el desarrollo de San Luis Potosí. Solo así se podrá recuperar la confianza de una ciudadanía que, hasta ahora, ha recibido más promesas que resultados.