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El legado de Messi

Video: YouTube/FC Barcelona

En la vida existen transformaciones paulatinas, en las que resulta imposible apreciar el momento exacto del cambio. Pero también hay puntos de inflexión evidentes, que dejan marcado un antes y un después. Sin lugar a duda, el que aconteció en la historia del FC Barcelona corresponde al segundo grupo. Y tiene fecha de inicio: el 17 de septiembre de 2000.

Hace casi 21 años atrás, un joven de 13 años, pelo largo, escasos 148 centímetros de altura y una inmensa ilusión a cuestas aterrizó en Barcelona, procedente de Rosario y con escala previa en Madrid. Estaba acompañado por su papá, Jorge, y uno de sus representantes, Fabián Soldini.

En ese entonces, Lionel Messi era uno más entre los miles y miles de chicos que sueñan con llegar a Primera y vivir del fútbol hasta que aguanten las piernas. Su nombre aún estaba lejos de ser lo que es hoy: una de las marcas personales que más dinero genera en todo el mundo.

Para que esta historia concluyera con un final feliz, uno de los principales responsables fue Horacio Gaggioli, quien actuó de nexo entre la familia Messi y el equipo culé. “Lo único que hice fue llamar a Carles Rexach y pedirle que le hiciera una prueba a aquel chaval”, recordó.

Video: YouTube/Matias Laurin

Es así como surge el nombre de Carles Rexach, secretario técnico del equipo catalán por aquel entonces y otra de las piezas fundamentales del rompecabezas, porque fue la persona designada para evaluar el talento del joven aspirante a futbolista profesional y determinar su futuro.

Luego de 15 días en Sydney, donde se estaban disputando los Juegos Olímpicos, Rexach regresó a Cataluña para observar a Leo, que había estado entrenándose en La Masía con el Infantil B durante todo ese tiempo.

Entonces, organizaron un partido en el que Messi compartió cancha con chicos de dos a tres años mayores que él. No obstante, “la rompió”. Según afirmaron quienes estaban ese día, La Pulga marcó seis goles, le pegó dos veces al palo y, a la mitad del partido, lo cambiaron de equipo para que fuera parejo.

“Hay que ficharlo ya. Nos arrepentiremos toda la vida si no lo hacemos”, sugirió Rexach, que llegó cuando el encuentro ya había comenzado.

Tiempo más tarde, recordó: “En general, los chicos de esa edad se asustan cuando llegan a un país nuevo y a un club nuevo. Pero él parecía un veterano y yo me di cuenta que tenía algo diferente a los demás”.

Sin embargo, a pesar de la gran impresión que había dejado Leo, la decisión final se dilató debido a su estatura. El entonces presidente del Barça, Joan Gaspart, no estaba convencido de apostar por un joven de tan pequeña contextura física y con problemas de crecimiento.

Tras varias idas y vueltas, el fichaje se concretó el 14 de diciembre de 2000, con la famosa servilleta. Ese día, Rexach y Gaggioli fueron a jugar al tenis al club Pompeia del Montjuic. Durante el almuerzo, se les sumó el agente Josep Maria Minguella, de gran influencia en el equipo culé.

Ambos representantes presionaron al entonces secretario técnico de Barcelona para que decidiera qué hacer con la joven promesa que había captado la atención de todos desde meses atrás. Finalmente, Rexach dejó constancia de la incorporación de Messi en una servilleta, que lejos de ser un documento oficial, sirvió como un depósito de confianza. Días más tarde, validaron el documento frente a un escribano.

“En Barcelona, a 14 de diciembre del 2000 y en presencia de los Sres. Minguella y Horacio Carlos Rexach, Secretario Técnico del F.C.B., se compromete bajo su responsabilidad y a pesar de algunas opiniones en contra a fichar al jugador Lionel Messi siempre y cuando nos mantengamos en las cantidades acordadas”, logra leerse en aquel papel que atesora Gaggioli en la caja fuerte de un banco europeo.

Leo debutó oficialmente el 16 de octubre del 2004 de la mano del director técnico holandés Frank Rijkaard, durante un clásico ante Espanyol. Desde entonces, no se cansó de romper redes, levantar trofeos y establecer récords.

En perspectiva y analizando su vida por Barcelona, resulta imposible negar que Messi cambió la historia del club. Los números hablan por sí solos. Antes de su llegada, el club tenía solo una Champions League. Ahora tiene cinco. Con Leo, Barcelona se consagró campeón de diez ligas, mientras que en toda su historia había ganado solo 16. ¿Supercopa de España? Pasó de cinco a 13. En resumen, las vitrinas del club lucen 43 copas más…

Además, rompió un sin fin de récords individuales. Es el futbolista con más títulos del club, con un total de 33. También es el máximo goleador de la historia de la institución, con 670 goles oficiales. Es el jugador que más Balones (seis) y Botas de Oro (6) ganó. Y por si fuera poco, es el mayor anotador en la historia del clásico español, con 26 goles ante el enemigo eterno, el Real Madrid.

Lo dicho: Messi es, entonces, el punto de inflexión en la historia del FC Barcelona.

Este jueves 5 de agosto de 2021, esas páginas doradas que escribió la Pulga tuvieron su epílogo, con el anuncio de que deja el Barcelona.

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