Un inmueble que funcionaba como rastro clandestino, en la carretera a Rioverde, el fraccionamiento Cactus, en Soledad de Graciano Sánchez, propiedad de Alfredo Hilarión Téllez, pareja sentimental de Erika Briones Pérez, actual alcaldesa de Villa de Reyes, donde Téllez cobra como funcionario de primer nivel.
No contaba con ningún tipo de permiso y, además, se encontraron animales de dudosa procedencia, algunos enfermos.
Las autoridades sanitarias, según se dijo, atendieron las denuncias de varios vecinos, quienes habían presentado su inconformidad por el funcionamiento de rastro clandestino, pues la zona se había vuelto pestilente, emanaba el inmueble nauseabundos olores, el drenaje era insuficiente para desalojar todo el desperdicio que generaba el negocio, se taponeaba con vísceras y sangre, además de otras inmundicias.
Fueron diversas autoridades; Fiscalización. Comercio, Seguridad Pública, Protección Civil, Obras Públicas y Ecología, además de contar con el apoyo de la fuerza pública, tanto del municipio, como estatal, Guardia Nacional y personal militar, para prestar el apoyo a los funcionarios durante las diligencias de clausura.
El inmueble no contaba ni siquiera con los permisos de construcción, mucho menos de uso de suelo ni de funcionamiento, es decir, funcionaba en la completa clandestinidad. Encontraron ganado caballar y vacuno, se asegura algunos enfermos y así eran sacrificados, con el potencial riesgo de provocar un brote de enfermedades.
Al respecto, el encargado del área de Fiscalización del Gobierno Municipal, Julio Patiño detalló que en la inspección al lugar se detectó que se contaba con un matadero clandestino en la parte trasera, asimismo no se contaba con la licencia de funcionamiento ni tampoco de uso de suelo, por lo que se procedió a la clausura. Es decir, fue el Ayuntamiento de Soledad, una de las autoridades que clausuraron el establecimiento clandestino.
Cuando se realizaban las diligencias, avisado por sus empleados, hizo su llegada Alfredo Hilarión Téllez, propietario del lugar, quien trataba a toda costa de evitar que las autoridades colocaran los sellos de clausura, sin embargo, finalmente, sus gritos y amenazas de nada le sirvieron, las autoridades colocaron en el portón los sellos.
