Por: El Jofrito
El Premio Invisible del Trial Mágico- La verdad es que sí, estuvo bastante mal. No hay manera elegante de decirlo: le fallaron a los atletas. A quienes entrenaron durante meses, a quienes pagaron una inscripción nada barata, y a quienes, con toda ilusión, participaron en el Serial Trail Mágico de Tierra Nueva, evento que —hasta hace poco— se consideraba uno de los más emblemáticos del calendario deportivo potosino. Este año, la competencia tuvo su encanto. Hubo ambiente festivo, música, público entusiasta, calles adornadas y hasta el jardín principal lució sus mejores galas, limpio y reluciente, como pocas veces. Todo parecía ir sobre ruedas… hasta que llegó la hora de cumplir con lo prometido: los premios económicos para los ganadores. Ahí, como suele ocurrir cuando se trata de compromisos oficiales, todo se vino abajo. Y es que no se trata de un simple olvido o de un trámite que “va en proceso”. Se trata de una falta de respeto al esfuerzo de los corredores, a la credibilidad del evento y, en última instancia, a la palabra dada. Porque el propio Ayuntamiento de Tierra Nueva y el Instituto Potosino de Cultura Física y Deporte (INPODE) fueron quienes anunciaron con bombo y platillo que habría estímulos para los triunfadores. Pero, llegado el momento, nadie supo, nadie sabe y, por lo visto, nadie quiere saber dónde quedó el dinero. La empresa Epic Sport, que fungió como intermediaria operativa y logística, salió rápidamente a aclarar su papel. En un comunicado oficial, se deslindó de toda responsabilidad económica y señaló al Ayuntamiento y al INPODE como los únicos responsables del pago. Dicho en otras palabras: “Nosotros pusimos el cronómetro y las medallas, pero el dinero no era nuestro”. Hasta ahí, la historia suena como una disputa administrativa, pero el asunto tiene fondo. Los participantes no solo pagaron sus inscripciones —que, dicho sea de paso, no fueron nada económicas— sino que además apostaron su tiempo, su esfuerzo y su confianza en un evento que se ha vendido durante años como ejemplo de organización. Ahora, con el escándalo encima, esa reputación pende de un hilo. Lo más lamentable es que no es la primera vez que pasa. Algunos corredores ya habían denunciado experiencias similares en otras ediciones o en eventos organizados bajo el mismo esquema. Un atleta recordó, incluso, que en una carrera anterior le prometieron su premio “más tarde”, y que hasta la fecha sigue esperando la llamada que nunca llegó. La historia se repite, y cada vez con más desdén hacia la comunidad deportiva. Las autoridades, en lugar de salir a dar la cara, guardan un silencio que huele a desinterés, mientras los atletas se quedan con diplomas, medallas y una amarga sensación de haber sido usados para una foto más de promoción turística. Y lo que está en juego no es solo la entrega de unos cuantos pesos en premios: es la credibilidad de un evento que ha costado años consolidar. Porque, aunque se trate de un error o una omisión temporal, el daño a la confianza es profundo. Lo saben los organizadores, lo saben los deportistas y lo sabe el público que presenció el espectáculo. Si algo distingue a las carreras de montaña es el espíritu de comunidad, la solidaridad y el orgullo de representar a una región. Pero todo eso se diluye cuando la institucionalidad falla. Y aquí, tanto el Ayuntamiento de Tierra Nueva, encabezado por Pily Sánchez, como el INPODE, están obligados a dar explicaciones claras y rápidas. De lo contrario, el Trail Mágico corre el riesgo de perder lo más valioso que tiene: su prestigio. Y si alguien duda que eso pueda pasar, basta recordar lo ocurrido en Santa María del Río, donde también se perdió la sede del serial. Allá, como aquí, la desorganización terminó borrando la magia del evento. A veces, las autoridades locales parecen olvidar que la credibilidad no se compra con lonas ni discursos, sino con hechos. Cumplir lo prometido no debería ser una excepción, sino la regla básica. Porque cuando se juega con la confianza de los deportistas, no solo se pierde una competencia: se pierde el respeto de toda una comunidad. La neta, se quemaron por muy poco. Por ahorrarse una explicación o por no liberar a tiempo un recurso, echaron a perder lo que pudo haber sido una gran fiesta deportiva. Si de verdad quieren rescatar el espíritu del Trail Mágico, lo primero que deberían hacer no es adornar la plaza ni subir fotos a redes sociales. Lo primero debería ser pagar lo que se prometió. Y después, pedir disculpas. Pero de esas sinceras, no las que se escriben en comunicado oficial.













