El descubrimiento de fosas clandestinas en Villa de Reyes ha sembrado temor y desconfianza entre las familias de la región, quienes enfrentan una realidad marcada por el silencio y la incertidumbre. Edith Pérez Rodríguez, presidenta de “Voz y Dignidad por los Nuestros”, advirtió que la magnitud del hallazgo aún es incierta debido a la complejidad de identificar los restos humanos, muchos de ellos fragmentados y calcinados.
Pérez Rodríguez explicó que, sin un análisis antropológico detallado, es imposible determinar cuántas personas están implicadas. “Podrían ser dos, veinte o incluso más”, señaló, reflejando la angustia que atraviesan las familias de desaparecidos. Las lluvias recientes también han dificultado las labores de recuperación, aumentando el riesgo de que las evidencias sean destruidas por la erosión.
La presidenta describió un ambiente de miedo que paraliza a la comunidad. “No se puede hablar libremente; incluso la prensa enfrenta restricciones por razones de seguridad”, destacó. Este contexto ha obligado a muchas familias a buscar apoyo en la Comisión de Búsqueda, mientras enfrentan la presión de grupos que intentan frenar su labor.
El caso de Villa de Reyes, donde se reporta el uso de métodos como el ácido para deshacerse de los cuerpos, evidencia una crisis más amplia que afecta al estado y al país. A pesar de las adversidades, organizaciones como “Voz y Dignidad por los Nuestros” continúan exigiendo justicia, impulsadas por el compromiso de dar respuestas a las familias de las víctimas.