La industria automotriz en San Luis Potosí registra una disminución aproximada del 6 por ciento en su producción durante lo que va de 2025, afectada por las políticas arancelarias impuestas por Estados Unidos y por los ajustes derivados del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco), el impacto se concentra en las plantas de BMW y General Motors (GM) ubicadas en Villa de Reyes, desde donde cerca del 80 por ciento de los vehículos ensamblados se destinan al mercado norteamericano. El incremento en costos por aranceles y el cumplimiento de las reglas de origen ha generado presiones adicionales para las armadoras.
En el caso de BMW, la compañía ha debido absorber un arancel del 25 por ciento al no alcanzar los porcentajes exigidos por el acuerdo trilateral. No obstante, mantiene sus proyectos de expansión en el estado, con un enfoque hacia la electromovilidad.
La empresa confirmó que en 2026 iniciará la producción de baterías de alto voltaje en su planta potosina y que en 2027 ensamblará vehículos totalmente eléctricos, lo que posicionaría a San Luis Potosí como un punto estratégico en la transición hacia tecnologías limpias.
Ante este escenario, el Gobierno estatal impulsa una estrategia de fortalecimiento regional para mitigar los efectos de los aranceles y reforzar la cadena de proveeduría. Entre las acciones previstas se encuentra la organización del primer foro regional de consulta sobre el T-MEC, con la participación de cámaras empresariales, sindicatos e instituciones económicas del Centro-Bajío.
Aunque la caída en la producción representa un desafío, la Sedeco considera que San Luis Potosí mantiene una posición sólida dentro del sector automotriz nacional debido a la estabilidad de sus inversiones y a su capacidad de adaptación frente a los nuevos escenarios comerciales.
