Por: María Luisa Paulín
La primera presidenta de México en la historia, Claudia Sheinbaum Pardo, recibirá una herencia maldita de Andrés Manuel López Obrador, su padrino y mentor. Sheinbaum está sola ante el descomunal poder que acumula, ya de salida, el presidente AMLO, por si se le ocurre a su alumna, querer ejercer de presidenta.
A golpe de propaganda política, el presidente ejerce con energía dejando en claro que Claudia será la primera presidenta, pero será él quien siga mandando. A estas alturas del partido, más le convendría a Sheinbaum no tener mayoría calificada en el Senado y que eso aborte la reforma judicial antes de que el país le estalle en las manos el mismo día que tome posesión.
Claudia está atrapada y sin salida. Tendrá en Morena a su principal rival con Luisa María Alcalde Lujan al frente del partido, ya trepada en un proyecto de futuro para sucederla en el 2030. Y, por si fuera poco, le dejará a “Andy”, Andrés Manuel López Beltrán, su hijo preferido como secretario del partido. Habrase visto tanta violencia de género contra la primera presidenta de la nación.
Los morenistas afirman que “Andy” es el “más perro” de los hijos del presidente, y los más imprudentes son José Manuel y Gonzalo. Es del dominio público su enriquecimiento inexplicable y los grandes negocios que hicieron al amparo del poder presidencial de su progenitor.
Sheinbaum no solo estará cercada y vigilada por Luisa María Alcalde y los hijos de AMLO, tiene a Ricardo Monreal, un misógino extremo, pastoreando la irracional bancada morenista en la cámara de diputados y al jefe del grupo tabasco, Adán Augusto López como líder morenista en el Senado. Del sociópata, Gerardo Fernández Noroña, no tendrá una sola concesión, el hombre sabe que representa un voto valioso en el Senado y le sacará todo el jugo que se puede. Árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza y eso lo sabe muy bien la presidenta.
Los que la conocen, dicen que Claudia sufrirá, desde el día uno, los embates del obradorismo a lo que se sumará Beatriz Gutiérrez Müller, dolida porque no la nombró secretaria de cultura. Eso es lo aparente, más en el fondo se asoman conflictos y ajustes de cuentas entre las diversa tribus de su partido.
Pero hay una luz en el camino, el Partido Verde, la segunda fuerza política de México que pudiera constituir un equilibrio o por lo menos, una ligera capacidad de maniobra para la señora presidenta. Nadie lo hubiera pensado.
De la herencia maldita que incluye grandes casos de corrupción del obradorato, la enorme deuda de PEMEX, la deuda pública que ha permitido fondear los programas sociales y conflictos con Estados Unidos y otros países, son los problemitas que esperan a Sheinbaum en su escritorio de Palacio Nacional.
La primera presidenta recibirá pues, una herencia maldita acompañada por una que otra bomba de tiempo.
P.D.1.- Se van los diputados de la 63 legislatura. La mayoría, a las filas del desempleo; tres se repiten: Aranza Puente, Cuahutli Badillo y Rubén Guajardo. Los que se van dejan un desorden administrativo de buen alcance. Los diputados se dieron 500 mil pesos de retiro. Muy inmerecidos, pero sin pudor los recibieron.
P.D.2.- Que Enrique Galindo tendrá un invitado sorpresa en la toma de posesión para su segundo periodo como presidente municipal de la capital potosina. Una pista, su nombre comienza con O.
P.D.3.- Cuentan que ya son recurrentes los ridículos que hace el expresidente municipal de la capital, Xavier Nava, en el restaurante Gran Central. Se le pasan las cucharadas al exedil y se agarra a gritar improperios a diestra y siniestra. Mal vino se volvió el experredista, expanista y exmorenista.
P.D.4.- El rechazo de la comunidad médica a la nueva secretaria de Salud, Leticia Gómez, constituye un frente abierto para el gobierno de Ricardo Gallardo Cardona. No necesita el mandatario desgastes por este tipo de nombramientos.
P.D.5.- Todo indica que el Gallardismo rescatará a la excandidata a la presidencia municipal de la capital, Sonia Mendoza.
Hasta la próxima.