Ciudad Maderas

La Cábala

Coaligados

El espectro local de partidos acabó alineado en dos bloques para la elección de gobernador. Lo hicieron con premura, ante un plazo que se vencía la noche del 10 para registrar coaliciones. Quizá lo que firmaron no aguante las tensiones internas y se rompa, pero las intenciones manifiestas de lo que quieren representar para los comicios ya se dibujaron.

La noche del martes pasado, el comité estatal del PAN se convirtió en la sede para armar a contratiempo la documentación necesaria para solicitar el registro de la Coalición “Sí por San Luis”, integrada por los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional, de la Revolución Democrática y Conciencia Popular.

Con mucho sentido práctico, ahí estaban Elías Pesina Rodríguez, dirigente estatal del PRI, y el secretario de Organización tricolor, Edmundo Torrescano. Panistas de vieja data que no daban crédito a lo que veían esa noche, como anfitriones y socios del partido que fue su adversario y leitmotiv opositor durante décadas.

Pero si los priistas estaban ahí, puestos para concretar un acuerdo, hay que decir que el proceso previo para llevarlos bajo techo panista, en cambio, fue todo lo complicado que puede ser convencer al jefe real del PRI en la entidad, Juan Manuel Carreras López. En la Ciudad de México, Carreras cumplió interlocuciones con dos padrinos de este ensamble: los dirigentes nacionales del PAN, Marko Cortés, y del PRI, Alejandro “Alito” Moreno.

Los diálogos locales con Carreras para este proyecto ya tenían tiempo entre claros y oscuros. Pesó el cuidadoso tránsito con un presidente no priista y la posibilidad de que Morena llevara como candidato a gobernador a alguien con quien Carreras tuviera alguna afinidad: el secretario de Educación, Esteban Moctezuma, o el magistrado presidente del Tribunal Administrativo, Juan Ramiro Robledo Ruiz. Qué se movió finalmente, él sabrá.

A don Oscar Vera Fábregat lo localizaron al atardecer en Ahualulco; de ahí salió para estar a tiempo en la firma de sus papeles. Previo el trámite lo había llevado su hijo Jorge. Al creador y jefe de Conciencia Popular le bastó presentar un escueto oficio donde unos autógrafos conciencistas le dan plenos poderes para negociar lo que sea, como sea y donde sea, lo mismo ventas al cambaceo de baterías para cocina, que representaciones para pleitos y cobranzas o candidaturas a la primera magistratura del Estado.

El PAN potosino sostuvo pláticas con otros dos actores que finalmente no se concretaron en suma. Del Partido Nueva Alianza, hubo todo el tiempo disposición del dirigente local, pero al cuarto para las doce fue llamado a cuentas por los mandos centrales para que se alineara a la alianza con el partido oficial, Morena. Y el Movimiento Ciudadano de Eugenio Govea, que no aparece tampoco en la coalición “Juntos Haremos Historia”.

Para poder administrar el aparato de la Coalición “Sí por San Luis”, su documento crea una Coordinadora Estatal Ejecutiva de la Coalición, integrada por los dirigentes estatales o sus equivalentes de los partidos coaligados.

La parte más complicada de negociar, salvo para Conciencia Popular, fue la del método para elegir candidato. Tanto el PRI local como el PRD nacional le pusieron “peros” al proceso interno que el PAN desarrolla. El PRD incluso era de la idea de que se suspendiera, que se fueran a las encuestas directas.

Finalmente, en cláusula cuarta quedó establecido que la Coordinadora Estatal Ejecutiva de la Coalición realizará el o los ejercicios de medición que estime convenientes acerca de las opciones y entregará los resultados a los integrantes de la Coordinadora para su análisis y posterior elección.

Pero previamente, PAN, PRD y Conciencia Popular “elegirán a la o a el candidato que resulte con el triunfo del proceso interno de Candidatos del PAN”.

El PRI por su parte realizará una convención de delegados, muy “de conformidad con sus estatutos” y ese será su método para legitimar a quien resulte su propuesta. Si no hay registros ni precandidatos, los partidos coaligados, sus socios, pueden participar o “adherirse al proceso interno”. Con esto ya pueden imaginar la ruta.

Eso sí, el candidato de “Sí por San Luis” tendrá que ser elegido por la unanimidad de la Coordinadora Ejecutiva Estatal de la Coalición. Es al final de esta cláusula donde un par de líneas dejan abierta la puerta a la posibilidad de separase de la coalición.

Para lo que tiene que ver con el dinero, establecen la creación de un Consejo de Administración, conformado por un representante y un suplente de cada uno de los partidos coaligados. El representante del partido al que le toque postular al candidato a gobernador será el responsable de las finanzas de la coalición, así como responder al tema de la fiscalización de ley.

Los coaligados aportarán a la causa en distintos porcentajes. Al PAN le toca desde el 15 al 50% de lo que recibirá de financiamiento público para el gasto de campañas; al PRD le tocará del 15% al 30%; al PRI del 15% al 50% a Conciencia Popular el equivalente al 15% de su ingreso público para campañas. Pero además podrán hacer aportaciones en especie o en efectivo en los términos de Ley para solventar el pesado gasto de proselitismo.

En el caso de sanciones por errores imputables a candidatos, serán los partidos de éstos los responsables al 100% de solventar y pagar.  Si la autoridad atribuye la falla u omisión a la Coalición, entonces cada partido integrante asumirá la responsabilidad en el porcentaje que toca aportar a las campañas.

Ayer mismo, el dirigente Marko Cortés le dedicó tiempo a San Luis y se reunió con empresarios, con el ex candidato del PRI al senado Luis Mahbub Sarquis en la tarea de puentear entre el sector y el PAN. Mahbub no es militante priista pero se ha sumado a varias actividades del partido en las últimas semanas y no tiene problema para conectar con los panistas. El jefe nacional panista lo conoce bien. Y parece que fue una muy buena reunión.

EL CONVENIO CUESTIONADO DE MARIO DELGADO

Por lo que respecta a la coalición “Juntos Haremos historia por San Luis Potosí”, el documento señala que los coaligados son Morena, el PT, el Verde Ecologista y el Parido Nueva Alianza, sin embargo, en su Comisión Coordinadora de la Coalición que gobernará esa sociedad no aparece el Panal. Significativo también que tal órgano de dirección de la coalición, cuestionada ésta por los morenistas potosinos, se arma con dos representantes nacionales, el de Morena y el PT, y por el representante local del PVEM.

Establecen también un valor ponderado de sus votos, como en sociedad mercantil, con 55% para Morena (o sea, mayoría); 17.5% PT, 17.5% Verde Ecologista y 10% Nueva Alianza. Las reuniones de esta comisión serán en la ciudad de México, en Santa Anita número 50, Viaducto Piedad, alcaldía Iztacalco, la sede nacional del partido. En San Luis nada.

Del método de selección de candidato a gobernador, las partes acuerdan que “será definida a través de una encuesta”. En la cláusula Quinta se asienta que “según el resultado de la encuesta, el candidato pertenecerá al partido que corresponda”.

En ninguna parte dice que Morena será quien ponga al candidato, por más que así le quiso “componer” el dirigente Mario Delgado cuando el enojo manifiesto de morenistas hizo ruido, y el silencio de decepción de otros se dejó sentir: todos los signos, y las actitudes de triunfo de los verdes locales, apuntaban a la candidatura del diputado federal y ex alcalde de Soledad Ricardo Gallardo Cardona.

La dirigencia local de Morena no se “disciplinó” a la línea de Mario Delgado y hasta promovió la impugnación del convenio todo, por hacer a un lado a la militancia local.

La conferencia virtual de la secretaria general tercera de Morena, la joven senadora Citlalli Hernández, le dio la razón a la militancia potosina y su resistencia a que el abanderado de su partido sea Gallardo Cardona. Ella sí con una militancia de izquierda original, le enmendaba la plana al egresado del ITAM y “rabanito” de ocasión, Mario Delgado: no hay alianza con el Verde en Guerrero y tampoco en San Luis, éste último por los “antecedentes negativos”, de los personajes a la cabeza del proyecto.

Se supone que el rechazo ya se ha manifestado a nivel central y se votará en Consejo Nacional para formalizarlo. La noticia tomó a Ricardo Gallardo Cardona en un mitin de arranque precampañero en Rioverde, con reparto de molletes, frituras, refrescos, gel antibacterial y cubrebocas, pero sin sana distancia. La cláusula 13ª del Protocolo Sanitario de Elecciones 2021 establecido por el Ceepac obliga a los partidos a buscar otras formas de proselitismo para evitar aglomeraciones. Parece que no hay mucho interés en cumplirlo.

Con más o menos ruido y contradicciones entre sus firmantes, en el caso de los dos convenios para candidaturas coaligadas a gobernador, el esfuerzo para sostenerlos va a ser muy alto. Tensiones no van a faltar y hay que darles continuación con los convenios para las candidaturas a diputados locales y después el de alcaldías.

Van a caminar por el filito, como matrimonios de conveniencia, pero si se trata de sumar y de ganar, la guerra está sobre la mesa. Mantener los acuerdos es el primer reto de los partidos firmantes. No podían dejar pasar el plazo que venció el lunes y con éste la oportunidad; si al final no cuaja, hay una segunda oportunidad para ir en alianza, ahí sí con un solo logo y nombre para todos.

De quedarse solo para las batallas que siguen, ni el partido del presidente tiene la seguridad de ganar.

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