El periquillo sarniento
La soledad fue tan sombría que no te dejó encontrar tu naturaleza divina, la urgencia ganó esta vez dispuesta a penetrarte prepotente y altiva…
Bersuit Vergarabat. La soledad.
Se agarraron las comadres del chongo, y como siempre pasa en estos casos, salen las verdades. Como para ir calentando motores, los primeros escarceos del incipiente proceso electoral se dan en Morena. Igual que en el circo, para ir anunciando el cartel estelar pasan primero los enanos, luego los payasos y al final los trapecistas.
Previamente, la divulgación de un sondeo nacional devela la turbiedad y nos muestra la opinión ciudadana con respecto del próximo proceso electoral, son pocas las opciones para elegir. Los mexicanos deben optar entre la continuidad de una oferta que pasa constantemente de la improvisación al método y el retorno de sus peores miedos, la corrupción rampante de la derecha y su socio el anquilosado partido de la revolución. Como diría el clásico, “estamos jodidos todos ustedes”.
Las candidaturas “ciudadanas” como que en México no gustaron mucho, tal vez porque todos aquellos que se presentan incólumes, guardan un historial funesto dado el origen de sus primeras incursiones. Uno piensa que está hablando con un cordero, pero en realidad, es un lobo con una zalea amarrada en la espalda.
La elección importante del 2021 es la congreso federal, si Andrés Manuel López Obrador refrendar el triunfo de hace tres años se va volver loquito, porque será la señal de que a pesar del mal manejo de la pandemia y todas las vicisitudes de la primera mitad de su sexenio los mexicanos siguen siendo muy flojos y harto confiados. La verdad es que uno elige al presidente para que se ocupe de todo y después tener a quien culpar en caso de que fracase rotundamente.
Los resultados de las encuestas muestran que el presidente ha tenido éxito por lo menos en separar la opinión ciudadana en dos facciones, chairos y fifís. La supremacía de la preferencia electoral la mantienen Morena y el Partido Acción Nacional. Muy rezagado pero aún con vida el revolucionario institucional, le ajusta para mantener su presencia testimonial y sostener una reducida burocracia partidista. Los demás partidos misceláneos hacen hasta lo imposible para mantenerse en el juego y hacerse del presupuesto que nuestra generosa legislación obsequia. Es posible que solo movimiento ciudadano sobreviva y eso dependerá de lo pegadora que resulte la nueva canción del “movimiento naranja”. Esto es México.
Aunque aún no hay encuestas serias sobre la elección de gobernador en San Luis Potosí y como los candidatos estarán hasta enero, los corifeos en redes sociales son el vehículo perfecto para el afán procrastinador del ocioso potosino. Si tal o cual candidato se le ocurre ir a comprar tortillas como cualquier ciudadano y se toma una gráfica para presumir su cercanía con el pueblo. Porque después de todo, todos somos iguales. Se les acaban las ideas a los candidatos y aún no empieza la maldita campaña.
Hasta el momento en Morena solo hay dos aspirantes declarados, en lo que parece una acción concertada se arrojaron algunas diatribas de escaso contenido pero muy cargadas de incordio. Antonio Lorca Valle cayó en el garlito de alguna avezada reportera y en su primera conferencia de prensa lo montaron en puerca pinta, él que como todo buen privilegiado se imagina paseando en caballo de hacienda. Por ahí le sacaron jugo a ciertos traspiés verbales y al titubeo con respecto de las acusaciones en contra de Gabino Morales por el mal uso de recursos públicos y humanos de la secretaría del bienestar. Ni su asunto era, “estaba re fácil”.
De sabrá Dios donde, apareció el irredento Leonel Serrato Sánchez, hasta hace poco funcionario menor de la secretaría del bienestar y “renunciante aspirante de utilería”. Leonel actúa como avanzada del súper delegado especial de don Andrés. Gabino Morales tiene hasta el último de este mes para obtener la venia del “licenciado” (o por lo menos una audiencia). Corre Lola corre.
Como funcionario, Leonel Serrato dejó no muy gratos recuerdos en la secretaría del bienestar, sus actitudes nefastas lo consagraron y se habla de que el día de su renuncia había un ambiente festivo en el lugar, hubo quien manifestó que estaba dispuesta a votar por él para el cargo que fuera, pero lejos de ahí. Alguna vez fue exhibido por regañar a una anciana perniciosa que le hacía demasiadas preguntas. La verdad es que Leonel ya estaba harto de desperdiciar sus dotes histriónicas en un público que no sabe apreciar el arte del panegirista consagrado.
Leonel le aventó balas de salva al sobrino del gobernador, Toño Lorca le reviró y hasta ahí quedaron los ensayos. Que si Lorca presume haber sido coordinador de la campaña del licenciado Andrés en la entidad y Leonel le recuerda que si acaso fue regidor propuesto por el partido encuentro social en la capital del estado donde él fue candidato. Las aclaraciones nada más sirvieron para dejar en claro que los dos juegan en segunda división.
Leonel pretende obtener una diputación plurinominal federal a cambio de sus espectáculos callejeros, a ver si le puede ganar cancha al “mijis”, enfermo de cáncer y con un pasado delincuencial, el diputado local Pedro Carrizales trae mejores números en eso de la popularidad en redes sociales.
La razón por la que Leonel está en el proceso es para limpiar el camino a un aspirante de verdad y obedece estrictamente a su condición de vasallaje. Ni siquiera puede contar con el apoyo de los burócratas a su mando en su anterior chamba, y eso que los servidores de la nación traen las listas de todos los beneficiarios de los programas sociales de la presidencia de la república.
Precisamente, cayó en mal momento el fallecimiento de uno de sus colaboradores después de un regaño del notario badulaque, Guillermo Estrada se sintió contrariado por la conducta histérica del ahora aspirante a gobernador. Quienes conocen la historia saben que el ingrato Leonel vivió durante un tiempo gracias al mecenazgo del extinto memo Estrada, allá por los tiempos en que Leonel llegó a San Luis con la ilusión de hacerse un futuro sin más posesiones que sus recuerdos de la hacienda de Corcovada y el hambre lacerante que lo acompañaba a todas partes.
Hay que ser de verdad miserable para hablar con bastardía de quién alguna vez extendió la mano con generosidad para amansar la carpanta y evitar la indigencia procurando una cama y un techo. Leonel es un general sin ejército, un pobre político y un mal actor de carpa. Con la amargura de la edad llegaron los achaques y la infausta soledad.
Sea pues Leonel Serrato Sánchez, eres rufián y disoluto, tu pretencioso discurso afeminado, es como el golpe del gañán al prostituto, la sumisión del entenado.
@gandhiantipatro
