El número de fallecidos a causa del Coronavirus en todo el mundo superó el millón, un sombrío hito de una pandemia que ha devastado la economía mundial, sobrecargado los sistemas de salud y cambiado la forma de vida de las personas.
Los fallecimientos relacionados al nuevo coronavirus ahora duplican el número de personas que mueren anualmente de malaria, después de la mortalidad en las últimas semanas a medida que las infecciones siguen creciendo en varios países.
“Nuestro mundo ha alcanzado un hito atroz”, dijo en un comunicado el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
“Es una cifra que te anestesia. Sin embargo, nunca debemos perder de vista todas y cada una de las vidas individuales. Eran padres y madres, esposas y maridos, hermanos y hermanas, amigos y colegas”.
En sólo tres meses las muertes por COVID-19 se duplicaron desde el medio millón, lo que supone un ritmo acelerado de defunciones desde que se registró la primera muerte en China a principios de enero.
Estados Unidos, Brasil e India suponen casi el 45% de todas las muertes de COVID-19 en el mundo, y América Latina es responsable de más de un tercio de ellas.
India es el último epicentro de la pandemia y en las últimas semanas ha registrado el mayor crecimiento diario de infecciones del mundo, con un promedio de unos 87.500 nuevos casos al día desde principios de septiembre.
De acuerdo con las tendencias actuales, India superará a Estados Unidos como el país con el mayor número de casos confirmados de COVID-19 a finales de año, mientras el gobierno del primer ministro Narendra Modi sigue adelante con las medidas de desconfinamiento en un intento de dar un impulso a una economía en problemas.
Más de 5.400 personas fallecen por la enfermedad en el mundo cada 24 horas, según cálculos de Reuters basados en los promedios de septiembre, un ritmo que abruma tanto a servicios funerarios como a cementerios.
Eso equivale a unas 226 personas por hora, o una persona cada 16 segundos. En el tiempo que se tarda en ver un partido de fútbol de 90 minutos, mueren de media unas 340 personas.
“Tanta gente ha perdido a tanta gente y no ha tenido la oportunidad de despedirse. Muchas personas que murieron estuvieron solas. Es una muerte terriblemente difícil y solitaria”, dijo la portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS).