TIERRA NUEVA, S. L. P. – Entre la ciudadanía existe marcado malestar porque en la actual administración municipal se encuentra en un puesto de primer nivel el esposo de la regidora María Montalvo, el señor Martín Rosas, quien es el Director General de Seguridad Pública Municipal, de quien se asegura, no cuenta con el perfil idóneo para desempeñar ese puesto. Se trata de un típico caso de nepotismo.
El mejoramiento de la Seguridad Pública fue una de las banderas que enarboló el actual presidente, Margarito Chaverría Delgado, al grado de prometer una policía capacitada, bien preparada para la protección de las personas y sus bienes, además de la construcción de al menos una caseta de policía en la entrada a El Piquín, lo cual hasta la fecha no ha cumplido y parece quedará en solo es, promesa.
Además, con respecto a contar con una policía capacitada, supuestamente ese sería el principal requisito para hacer nuevas contrataciones, la verdad es que la corporación quedó desmantelada a la salida de la anterior administración y en su lugar fueron contratados jóvenes inexpertos, quienes pronto se vieron envueltos en problemas. Nunca se demostró hubiesen sido capacitados ni nada parecido.
Pero lo que finalmente causó malestar entre la población fue la contratación Martín Rosas, esposo de la regidora en mención, sin contar con los méritos necesarios. Lo califican como un caso de nepotismo.
El nepotismo es la preferencia que tienen algunos funcionarios públicos para dar empleos a algunos familiares o amigos, sin importar el mérito para ocupar el cargo, sino su lealtad o alianza. El nepotismo es generalmente negativo y se considera corrupción.
De acuerdo al artículo 21 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de equidad, a las funciones públicas de su país”. Por lo que el nepotismo violenta el derecho humano de acceso a funciones públicas de todos aquellos que se ven privados de oportunidades para competir justamente por un cargo público.
