El gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, se negó a unirse al esfuerzo mundial para desarrollar, fabricar y distribuir de manera equitativa una vacuna contra el COVID-19, en parte porque está involucrada la Organización Mundial de la Salud.
Más de 170 países están en conversaciones para participar en el COVID-19 Vaccines Global Access (Covax), el cual tiene como objetivo acelerar el desarrollo de vacunas y asegurar dosis para todos los países y distribuirlas al segmento de mayor riesgo de cada población.
“Estados Unidos continuará involucrando a nuestros socios internacionales para asegurar que derrotamos este virus, pero no nos veremos limitados por organizaciones multilaterales influenciadas por la corrupta Organización Mundial de la Salud y China”, comentó Judd Deere, portavoz de la Casa Blanca.