Dos hombres fallecieron la tarde de este domingo en Salamanca, Guanajuato, por la explosión de una bomba en un restaurante. En la celebración del cumpleaños del gerente de local, dos personas llegaron a entregar un paquete. Fueron recibidos tanto por el gerente como por otro de sus socios.
Al abrir el paquete ambos fallecieron producto de la detonación, según ha informado la Fiscalía estatal de Guanajuato. El suceso pocas veces visto en la historia del país, refleja una escalada en los métodos y la intensidad del crimen organizado en el Estado, que acumuló el mayor número de asesinatos en el país durante el 2020, desde que se llevan registros.
El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció durante su rueda de prensa que “es probable que la Fiscalía General de la República (FGR) atraiga el caso por tratarse del uso de explosivos”. Citando informes militares de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el presidente confirmó un patrón en el uso de del narcoterrorismo en el Estado.
Esta acción hizo recordar a los carteles del narcotráfico en la Colombia de los noventa, cuando era habitual el uso de paquetes y coches bomba, muchas veces sin un objetivo definido, para sembrar el terror entre la población.
Entre el tráfico de drogas, el narcomenudeo, el robo de combustible, la extorsión y el secuestro o la pelea por el control de la del territorio entre dos organizaciones criminales como el Cartel Jalisco Nueva Generación y el Cartel Santa Rosa de Lima, ha convertido a Guanajuato en el Estado más sangriento del país.
En 2020, el Estado registró más de 4.000 asesinatos, 1.000 más que durante el año anterior, la región que más casos contó de todo el país, que también lidera las cifras de desapariciones. Hasta junio de este año, últimos datos oficiales disponibles, el delito de narcomenudeo creció un 70%, mientras que los homicidios dolosos bajaron un 20% respecto al pico del año anterior.
