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La soga al cuello

La doctora

Tengo la teoría de que la participación ciudadana no va disminuir como muchos lo pronostican, sino que además aumentará, el nivel de politización va en aumento, no así su capacidad de análisis y reflexión, las personas se informan por las redes sociales y es común que si se les inquiere sobre la certeza de tal o cual noticia respondan que no recuerdan la fuente porque… “lo leyeron en el face”. @gandhiantipatro

Las cosas no comenzaron bien para Mónica Liliana Rangel, la doctora se tropezó tres veces y casi se va de bruces. Afortunadamente para ella, la mediocridad y el desasosiego con que los potosinos ven el actual proceso electoral, provoca que las pifias se olviden al día siguiente. Ya nadie toma en serio a los políticos potosinos, la sorna y el mutis burlón acompaña cualquier eventual conversación que por efímera que sea, no deja más que un gesto nauseabundo detrás.

En el arranque los caballos salieron adelante, Ricardo Gallardo Cardona y Octavio Pedroza Gaitán aprovechan las estructuras construidas (algunas ex profeso) para este proceso y otras, las heredadas, aunque anquilosadas y vetustas, las viejas redes de operación política le permitieron a Octavio Pedroza contar con medianas concentraciones de personas que generan la percepción de que hay músculo. La verdad es que la gente está harta del aislamiento social y si se trata de ir a escuchar payasadas, da igual un mitin de políticos que un circo humanos adiestrados.

Por su parte el “pollo” Gallardo no se cansa de tirar dinero, apenas dio inicio el proceso electoral y todo el estado apareció forrado de publicidad del candidato verde. Con tan mal tino que su lema de campaña “vivir sin miedo” causó mofa, pues el fondo verde sobre un tamiz oscuro lo hacía ver tenebroso, daba la impresión de un ladrón saliendo de la penumbra. Dicen que tiene capacidad para gastar más dinero del que el ceepac (consejo estatal electoral y de participación ciudadana) es capaz de fiscalizar. Así nunca lo van alcanzar. Y mucho menos mediante las directrices de su anodina presidenta Luz Elena Fonseca.

Gallardo arroja la casa por la ventana a diario, no repara en gastos y pareciera que su chequera es inagotable. El ceepac puede ensañarse con la contabilidad miserable del pingüe candidato de algún partido misceláneo pero no se atreven jamás hacerle observaciones al gasto excesivo de la campaña de los verdes. El miedo no anda en burro. Nadie se quiere pelear con el protervo porque temen que pueda ganar la elección y como él mismo afirma cuando amenaza veladamente: “llegará el momento de cobrar facturas”. El pollo ya se comienza a comportarse como un gobernador déspota y vanidoso, orgulloso de su ignorancia y falto de escrúpulos.

De no ser por la terrible visión del futuro que provoca imaginarse al estado gobernado por Ricardo Gallardo la campaña de la candidata de Morena ya estaría más que sepultada, le favorece que el pollo es impresentable, aborrecible e intolerable en ciertos sectores sociales que ya padecieron el funesto gobierno del padre del candidato.

Aunque no son la misma persona, es difícil no asociar a Ricardo Gallardo Juárez y su fraude millonario por casi 100 millones de pesos en las licitaciones de medicamentos cuando fue alcalde de la capital del estado con el modus operandi de su hijo cuando utilizó a una clínica que prestaba servicios médicos al ayuntamiento de Soledad de Graciano Sánchez para sustraer 200 millones de pesos cuando él gobernaba hace ya casi diez años.

Esa es la razón por la que Mario Delgado debió modificar la estrategia en San Luis Potosí, cualquiera que le permita ganar por lo menos tres de siete distritos electorales federales y la gubernatura del estado. Aunque no lo parezca, al dirigente nacional de Morena le costó demasiado el golpe de timón en San Luis. Más allá de la traición a la militancia, a Mario le pesa el haberse equivocado desde un inicio, le faltó operación política y subestimar el estoicismo de las bases morenistas, que a pesar de su escaso poder de convocatoria y difícil acceso a patrocinios económicos, sustituyen su precariedad con un par de huevos que arrojaron a la camioneta del presidente del CEN en su última visita a la entidad. Tienen la necedad de una mula vieja y mañosa.

La terrible logística del equipo de campaña de Mónica Liliana Rangel la expuso a un incidente que no daba para más en una colonia precarista y sin ruta de escape, a Mónica y Mario les aplicaron la de “tocata, fuga y apañón”. La graciosa huida se consumó gracias a que una brigada de orcos con chaleco color lila se abalanzó cual línea de golpeo de los raiders sobre un grupo de protestantes a las afueras del centro de reunión.

Al abrirle paso franco a sus líderes, sin querer, el equipo de Mónica Liliana le obsequió su primer nota negativa, las imágenes estaban en los noticiarios nacionales a minutos de sucedido el incidente, el asedio de un grupo de rabiosos militantes orgánicos de Morena que persisten en su empeño de que les regresen el partido que fundaron, son avasallados por sus líderes como antes lo hacían los poderosos oligarcas a los que se supone destruiría la “cuatroté”.

A Mario Delgado no le quedaron ganas de volver a San Luis, la próxima ocasión, los huevos que le empañaron el parabrisas del vehículo podrían terminar sobre su inmaculado traje. Mónica irá sola en esta campaña, con el dirigente estatal Sergio Serrano Soriano en actitud beligerante, con un crisol de candidatos en su mayoría poco competitivos a las alcaldías y diputaciones locales. Tal vez lo más pesado será borrar esa imagen de espuria en un partido político que la repudia, y con militantes que se sienten despojados por una decisión cupular.

Mónica Liliana aprendió a la mala que no se puede confiar ni en su sombra, el trascendido de una supuesta conversación grabada por al menos una interlocutora, la dejó en estado de indefensión por un par de días, solo hasta que entró a operar el equipo de control de daños se retomó el ritmo. El periodista Juan José Rodríguez no se retractará jamás de lo expuesto en su colaboración para el periódico pulso, pero sí se logró evitar la segunda y tercera entrega de “las nueve esquinas”, la columna que amenazaba con exponer gravemente a la candidata.

Sea pues Mónica Liliana Rangel, dejaste el consultorio por el purgatorio, mejor interrogatorio que velorio, dejarás que la casquivana ruindad de tus días se acaben en el reformatorio.

@gandhiantipatro

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