Por: Alejandro Zapata
Si algo ha caracterizado la actividad política en las últimas décadas ha sido el consenso para reformar la constitución; el dialogo, debate, deliberaciones, parlamento abierto y el encuentro de una mayoría en los puntos a adicionar o transformar el pacto social, ha sido un factor fundamental que ha contribuido en la unidad nacional.
Ahora al cuarto para las doce el presidente manda un paquete con múltiples temas para reformar la constitución, algunos de ellos álgidos como la militarización de la seguridad pública, el desmantelamiento de los órganos autónomos constitucionales o la elección de Ministros, Magistrados y Jueces.
Sabe de antemano que no cuenta con los votos suficientes para sacar adelante sus iniciativas, no obstante, se apodera de la agenda nacional en plena campaña electoral, en otras palabras, siendo de facto el coordinador y jefe supremo de la campaña de Sheinbaum, prácticamente está poniendo sobre la mesa la propuesta de su candidata.
Además, lo hace en medio de una serie de escándalos que rodean su figura, tanto por el clan donde involucran a sus hijos y colaboradores en tráfico de influencias para otorgar cuantiosos contratos; como la exhibida de haber recibido en alguna campaña recursos de dudosa procedencia.
Al mismo tiempo, la inseguridad y la violencia se han apoderado de buena parte de las regiones del país a grado tal, que controla la delincuencia organizada zonas en Guerrero y Michoacán, donde nadie puede entrar e inclusive será difícil la celebración del proceso electoral en algunas ciudades.
El propósito por lo visto es colocar los temas que le interesan y considera adecuados como propuesta de campaña, procurando arrebatar a la oposición la agenda nacional al mismo tiempo que utiliza a los servidores de la Nación, pagados por el gobierno, para hacer el trabajo de tierra organizando las estructuras con recursos del Estado.
Es demasiado obvio, está jugándose todas sus cartas, las señales muestran síntomas de preocupación, motivando que haga a un lado a su candidata y sea él quien salga a la palestra en calidad de principal protagonista, lo que significa que de facto esté ubicándose como el principal contendiente.
Así, su gran debilidad parece ser su corcholata, pues se siente obligado a entrar al quite como protagonista, para tratar de sacarla adelante ante las decrecientes expectativas que arrojan las encuestas, decide intervenir con todo aquello que tiene a su alcance.
Además, deja rubros pendientes con promesas incumplidas, el tema de la corrupción cuyo combate iba a ser implacable, es un área donde sale debiendo, esta es una administración sobresaliente por sus altos niveles de corrupción y, lo peor es que se solapa y encubre.
En cuanto a la seguridad pública, no hay mucho que decir, la violencia se apoderó del país dejando una estela de muerte y desapariciones brutal, con los índices más altos, la falta de una adecuada estrategia nos ha pegado a todos, de hecho, nos cambió la vida.
Una parte sensible, es la salud, el desmantelamiento del sistema de salud ocasionó grandes tragedias y mucho dolor, el discurso oficial no fue suficiente para justificar la negligencia de la administración, solo vendió espejos.
