TIERRA NUEVA, S. L. P. – Luego de la captura en días pasados de Antonio Yépez Ortiz “El Marro”, fundador y dirigente del cártel de Santa Rosa de Lima, en el estado de Guanajuato, los sicarios que seguían sus órdenes emprendieron la huida de las localidades donde operaban y los estados circunvecinos de esa entidad se han blindado para contener lo que se ha dado en llamar; “efecto cucaracha”.
Cuando cae el dirigente del grupo criminal, sea abatido por las balas o detenido por las autoridades, como sucedió esto último en días pasados con “El Marro”, los sicarios o gente que trabajaba para la organización criminal, huye a los estados vecinos y, por regla general, buscan un pueblo tranquilo donde puedan permanecer ocultos durante un tiempo, pero luego salen a delinquir.
Las primeras víctimas de los criminales que huyen del estado donde operaban son habitantes de del pueblo donde se esconden, de quienes en ese lapso que han permanecido ocultos, han estudiado sus movimientos, el modo de vida de los habitantes de donde se encuentran y así operan con cierta tranquilidad, al no ser conocidos mucho menos identificados, eso les brinda cierta impunidad.
De ahí que las autoridades estatales hayan implementado dispositivos policiales en las principales carreteras colindantes con el estado de Guanajuato, por el lado de la carretera 57, en los límites de santo Domingo, en Santa María del Río, y en las inmediaciones de Gogorrón, en Villa de Reyes, sin descuidar la carretera 80, en los límites de Pinos, Zac., con San Luis y además en la súper carretera La Pila-Villa de Arriaga.
