Para defender los derechos humanos de personas presas, la CNDH contrató al exjefe de granaderos de CDMX conocido como ‘Jefe Neptuno’, que habría sido investigado en la Policía por abuso de autoridad, acoso sexual y venta de plazas
Para defender los derechos humanos de las personas presas en las cárceles de México, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) contrató a Álvaro Sánchez Valdez, el exjefe de granaderos de la policía capitalina; una unidad que, bajo su dirección en el gobierno de Miguel Ángel Mancera, acumuló múltiples señalamientos y quejas por abuso de autoridad y violaciones a derechos humanos.
Además, fuentes oficiales de la actual policía capitalina dijeron a este medio que Sánchez Valdez, conocido como ‘Jefe Neptuno’, llegó a acumular cuatro investigaciones en asuntos internos por presuntos actos de abuso de autoridad, acoso sexual, y venta de plazas. Aunque dichas investigaciones no arrojaron ningún resultado, luego de que éstas fueran cerradas en 2019 por instrucción del exsecretario de Seguridad Ciudadana capitalina, Jesús Orta, quien está prófugo de la justicia desde el pasado 10 de agosto acusado de delincuencia organizada, entre otros presuntos delitos.
Tanto la Comisión de Derechos Humanos del DF (CDHDF), como la propia CNDH, emitieron quejas y recomendaciones a la SSPDF por los operativos policiacos y el actuar violento de los granaderos en múltiples marchas en la ciudad, especialmente entre 2014 y 2015, cuando tuvieron lugar protestas masivas por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Raúl Ramírez llegó al cargo para sustituir a Elizabeth Lara, quien renunció un mes después de que Animal Político dio a conocer que la CNDH ocultó numerosos testimonios de violaciones graves a derechos humanos de personas migrantes a su paso por México.
Mientras que el 4 de enero de este año, este medio también publicó que Paolo Giuseppe Martínez fue contratado por la CNDH como director de la Primera Visitaduría para defender a víctimas de violaciones graves de derechos humanos, como casos de tortura, abusos policiacos, y desapariciones forzadas, a pesar de que experiencia laboral se reduce a ser capacitador electoral y a cargos administrativos de medio rango que nada tenían que ver con la defensa de los derechos humanos.
Días antes, la CNDH tuvo que aceptar la renuncia de Alexander Brewster Ramírez como director de la Sexta Visitaduría, luego de que el diario Milenio publicó que tampoco tenía experiencia en la defensa de los derechos humanos.
De hecho, previo a su llegada a la Comisión, Brewster Ramírez se había desempeñado como vendedor de bienes raíces de lujo en el sureste del país, en zonas como Tulum, en el carbie mexicano.